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Danza en espacios habitados.

Foto R. L. Hinton
 

Cuando restauramos esta casa no pensamos que un día  alguien bailaría descalzo sobre el suelo de piedra o correría hasta el patio para esconderse en un bunker imaginario. No sé si eso es bueno o malo, me refiero a no programar el futuro. Creamos el continene sin pensar en el contenido. Por suerte este es un espacio vivo, donde ocurren cosas desde hace más de tres años: teatro, música, performance, danza, danza y arquitectura, como imaginó la bailarina Avätara Ayuso en el 2010, danza en un espacio habitado como nos ha enseñado en estos días el coreógrafo Carlos Miró.

“Joana i Maria”: Infancia, juegos, recuerdos, amor, guerra en casas habitadas.

carlos miro

Sarah Muñoz, Silvia Perez, Martina Miró y Julia Miró.

Carlos Miró trabaja con el espacio, con el tiempo, con los recuerdos, con las casas que estuvieron habitadas, con la emoción que provocan los gestos y el movimiento.
Emocionan detalles como el pelo revuelto de  Martina y Julia, la mirada de Silvia al cerrar las puertas del “bunker” en el patio o las risas cómplices con Sarah. Como en los buenos libros o en las películas que recordamos, lo esencial es que el espectador se sienta indentificado en algún momento con lo que ve. No hace falta mucho, “Joana i Maria” habla de dos hermanas en el pasado, en el presente que intuimos no existe y a través de detalles de la vida que todos entendemos: pelear por un juguete o poner los platos en la mesa. Todo transcurre en una casa. No estamos en un teatro, por tanto es doblemente evocador.

¿Quien no tiene recuerdos de la casa en la que vivió de niño, la de los abuelos, la de los primos? Yo recuerdo la casa de una tía abuela en el centro de Palma: un jardín con gnomos, muebles oscuros, una mesa de despacho inmensa, pufs de piel, un olor peculiar, sabor a pan con chocolate rallado….esa casa no la olvidaré en la vida.


carlos miro

“Joana i Maria” en el patio de Can Monroig.

Esta pieza de danza creada por Carlos Miró y pensada para Can Monroig es el segundo título de su trilogía de guerra y muerte que inició con “Catalina i Biel”. La guerra nos parece un tema lejano pero no lo es. Yo nunca he estado en un bunker pero mi madre y mi suegra sí estuvieron durante la segunda guerra mundial. Por eso las bombas que suenan al final, cuando Joana y Maria se encierran en el bunker -y nos preguntamos si saldrán vivas de el- no me resultan indiferentes; las asocio de nuevo a los pequeños detalles y a los recuerdos de mi infancia, historias de pan y ajo, mantequilla fundida en la leche o mujeres con el pelo rapado, historias que mi madre me contaba sobre la guerra cuando yo era niña….nada de grandes aspavientos, ni gritos, ni sobresaltos….no son necesarios.

Encontrarte con un ataúd pequeñito en mitad del campo, tal como nos sucedió a Robert y a mí hace unos meses en Camerún, te hace reflexionar sobre la vida, el amor, la guerra, la muerte, o sobre si “¿Hay vida antes de la muerte?” -como decía el poeta irlandés Seamus Healey  al que homenajearemos en breve en Can Monroig-.
Todo esto es lo que me evoca “Joana i Maria” y creo que no es poco.

Robert Lopez Hinton

Un pequeño ataúd en mitad del campo. Camerún, 2012. Foto de Robert López Hinton.

Joana i Maria
“¿Hay vida antes de la muerte?” Seamus Healey

“Joana i María” se representó en Can Monroig los días 13, 14 y 15 de septiembre del 2013, Carlos Miró filmó un corto de la obra durante los ensayos.

Can Monroig, Inca, Mallorca, 21 de septiembre 2013
Texto: Noëlle Ginard, Fotos: Robert López Hinton y Marie-Noëlle Ginard.

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